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3 ESTRATEGIAS PARA REDUCIR EL CONSUMO ENERGÉTICO EN LOS EDIFICIOS
El consumo energético de los edificios supone el 40% del total del consumo en Europa, y es por tanto uno de los sectores con mayor impacto en el nivel de emisiones de CO2. Diversos estudios han demostrado que la tecnología existente nos permitiría obtener grandes resultados en el ahorro energético, y que considerando la vida útil del edificio, la implantación de estos sistemas nos supondría, gracias a los ahorros obtenidos, una inversión con un coste cero. ¿Quieres saber cuáles son esos sistemas que nos permiten ahorrar en nuestros edificios?
En un edificio terciario, hasta el 25% del coste de su ciclo de vida corresponde con la fase de desarrollo del mismo, es decir, con los gastos financieros y de construcción, mientras que el 75% restante corresponde con el coste operacional del edificio.
Las estrategias enfocadas a mejorar la sostenibilidad y eficiencia de los edificios, se traducen en ahorros económicos durante su fase operacional, que como hemos visto es la que mayor repercusión económica tiene dentro del ciclo de vida del edificio.
Algunas cuestiones como el insuficiente rendimiento de los equipos debido a su obsolescencia, la falta de herramientas de control y gestión de las instalaciones, la inexistencia de una estrategia energética global o la falta de conocimiento y experiencia; determinan la eficiencia energética de los edificios y tienen una repercusión económica muy negativa.
¿Cuánta energía consume un edificio?
Según los datos extraídos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), el mayor consumo dentro de un edificio terciario corresponde con el de calefacción (31%), seguido del consumo del aire acondicionado (26,2%), iluminación (22%), equipamiento (17,3%) y por último la producción de agua caliente sanitaria (3,3%).
Como vemos los sistemas de calefacción y de refrigeración, junto con la iluminación, son responsables de la mayor parte del consumo energético y por tanto las soluciones de ahorro que se implanten deben ir enfocadas a reducir los consumos de estas instalaciones.
Pero, ¿Qué es el consumo energético?
El consumo de energía se define por la siguiente ecuación:
Consumo energético= Demanda de Energía/Rendimiento del Sistema
De esta fórmula podemos extraer que para reducir el consumo energético podemos actuar según tres estrategias: disminuyendo directamente el consumo, disminuyendo la demanda de energía, aumentando el rendimiento del sistema, o actuando de manera conjunta sobre la demanda y el rendimiento.
1. Reducir el consumo (de forma directa)
- Empleo de energías renovables (fotovoltaica, geotérmica, minieólica etc.)
- Medición y monitorizando de: los consumos energéticos, de la producción de energía de la instalación de renovables, de los parámetros ambientales ( Temperatura, CO2, Luminosidad, Humedad) para conocer cómo, cuándo y dónde consumimos energía.
- Mejorando nuestros hábitos de consumo
2. Mejorar el rendimiento de los equipos y de los procesos
- Iluminación
- Climatización
- Ventilación
- Empleo de combustibles de mayor rendimiento
3. Disminuir la demanda de energía
La reducción de la demanda puede realizarse según dos tipos de medidas:
- Medidas Pasivas, son aquellas medidas que se implantan bien en el diseño o en la construcción del edificio como puede ser, la construcción bioclimática o la mejora del aislamiento de la envolvente o de los huecos de las ventanas.
- Medidas Activas, que persiguen optimizar el uso de la energía, mediante el empleo de sistemas de control y gestión inteligente. Con este sistema integrado de gestión, se persigue emplear la energía según:
- Las necesidades reales, ocupación, horarios,..
- Las condiciones exteriores e interiores de temperatura, humedad, luminosidad, etc.